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Las marcas a la conquista por lo emocional

En los últimos tiempos las costumbres de los consumidores han cambiado y, por lo tanto, la forma de relacionarse que tienen las marcas con ellos también lo ha hecho. Hasta hace poco la publicidad que tenía éxito era aquella en la que las marcas asociaban su imagen a la de un famoso o la que se presentaba con eslóganes efectivos. No es que eso haya dejado totalmente de existir, pero a los consumidores de hoy en día ya no les valen muchos de aquellos mensajes.

Los millenials han entrado con mucha fuerza como consumidores y, lógicamente, ya no quedan seducidos por los mismos mensajes que cautivaron a sus padres o a sus abuelos, eso es un hecho.  Así que las compañías tienen que adaptarse a los cambios que demanda este público que hoy en día es hegemónico en muchos mercados.

Otro hecho clarísimo es que cada vez hay más propuestas, más competencia, más ruido, y esa ha sido la evolución de nuestra sociedad en los últimos años. Así que cualquier marca tiene que hacer un enorme esfuerzo para conseguir destacar, es necesario distinguirse. Además, Internet se ha afianzado y el consumo a través de dispositivos móviles es habitual, así que no se puede llegar hasta el potencial consumidor con estrategias y planteamientos propios del pasado.

Por estos y otros motivos estamos viendo como las marcas buscan emocionar y seducir a su público. La marca y sus productos van a la búsqueda de la creación de emociones en sus potenciales consumidores, de la creación de un vínculo profundo entre ambas partes.

Antes, una marca podía abrirse camino sin demostrar nada más que su voluntad de hacer un negocio millonario. Hoy en día necesitamos un plus. Las marcas necesitan demostrar una ética, un compromiso con su sociedad. Un ejemplo muy claro, y que es tendencia actualmente en la estrategia de muchas empresas, es la concienciación medioambiental que demuestran a través de sus acciones, con el desarrollo de productos sostenibles, etc.

Hoy en día los consumidores esperan de las marcas este tipo de comportamientos. Y más allá de eso, que se adapten con sus productos a sus intereses de vida, algo muy diferente a lo que ocurría en el pasado, cuando determinados artículos simplemente eran símbolos de posición social. Por poner un ejemplo, al público actual ya no le interesa tanto llevar una camiseta de su marca, sino más bien saber que está realizada con materiales ecológicos o con una determinada técnica, es otro tipo de vínculo el que ahora se establece.