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Salimos de la crisis pero no se corrige la desigualdad

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Se considera un hecho que el empleo español ha mejorado, a pesar de su precariedad en muchos casos. Sin embargo la desigualdad en España se está recuperando bastante peor que después de otras crisis anteriores.

Uno de los indicadores de desigualdad de uso más habitual es el coeficiente de Gini, que mide la concentración de rentas dentro de nuestra sociedad. Este coeficiente demuestra que no se está recuperando como en la salida de crisis anteriores. A pesar de que entre los años 2014 y 2016 el paro disminuyó claramente, esto no tuvo una corrección del Gini a la altura de otras crisis ocurridas en la década de los 80 y los 90.

Los expertos aseguran que la recesión ha sido más profunda, más larga y que el paro ha subido de manera muy acusada. Estos son factores que sin duda están afectando de forma negativa a la recuperación de las rentas más bajas y que evitan que la corrección de la desigualdad se produzca.

Algunos estudios señalan que el 80% del aumento de la desigualdad en España es consecuencia directa del desempleo. La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) lo corrobora.

Tampoco ha ayudado ampliar la desigualdad entre los españoles la temporalidad laboral, la reforma laboral, la globalización, el avance tecnológico y otros rasgos que caracterizan nuestro panorama económico actual. Son fenómenos que los expertos identifican como buenos para los consumidores pero que no lo son en absoluto para los trabajadores desplazados o que cuentan con escasa formación, según apunta el FMI (Fondo Monetario Internacional).

Otros factores a tener en cuenta en este análisis son el elevado desempleo de larga duración, el aumento de los contratos de corta duración, baja intensidad de horas trabajadas entre trabajadores de escasa formación, la división del mercado de trabajo en empleados fijos y temporales, etc.

Por otra parte, otros estudios constatan que los nuevos contratados por el mercado laboral, sea cual sea su productividad, están peor remunerados que aquellos trabajadores que mantuvieron su puesto a pesar de la crisis.

Todos estos factores, según los especialistas, estarían explicando una peor evolución del índice Gini. Además, en esta ocasión la correlación entre la subida de empleo y la corrección de la desigualdad está siendo más baja que en ocasiones anteriores, no se recupera la igualdad con la misma intensidad que después de la salida de otras recesiones.