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El pulso entre Donald Trump y General Motors

General Motors

El presidente republicano de los Estados Unidos, Donald Trump, mantiene su pugna con las empresas automovilísticas del país. Esta vez sigue dirigiendo sus advertencias a la clásica General Motors, por haber exportado buena parte de su producción al extranjero y, más concretamente, a China.

Trump cree que General Motors está en deuda con Estados Unidos

El argumento que esgrime el presidente es que la compañía fabricante automovilística salió de Estados Unidos mucho antes de él alcanzar su mandato.

Según él argumenta, la compañía pudo exportar sus plantas de producción, incluso a pesar de las ayudas de la nación para su rentabilidad económica. En consecuencia, la compañía está en deuda con Estados Unidos y, por tanto, debería hacer regresar cuanto antes estas fábricas.

La búsqueda de ahorros de General Motors

General Motors, en cambio, no lo ve de la misma forma. La compañía solo tiene ahora mismo un objetivo que consiste en ahorrar el máximo, para lo que necesita reducir costes.

Por ese motivo, la compañía ha anunciado en 2019 cierres de varias de sus fábricas. Las de Estados Unidos son las principal afectadas. Las de Baltimore, Detroit-Hamtramck, Lordstown y Warren han sido las que han entrado en esta estrategia. A todas ellas se une la fábrica que tiene en la ciudad canadiense de Oshawa.

El objetivo es ambicioso. Debe conseguir ahorrar unos 4.500 millones de dólares. Esto implica no solo el cierre de todas estas fábricas, sino también recortar su plantilla en un 15%.

El dilema de China para Donald Trump

Sin embargo, Donald Trump no solo habla de la falta de plantas en Estados Unidos, sino que también se preocupa por la presencia de General Motors en China.

En el país asiático es donde la empresa estadounidense está cobrando fuerza y la guerra comercial abierta entre Estados Unidos y China no facilita precisamente esta situación.

De hecho, Trump ha advertido a otras empresas de distintos sectores, sobre la posibilidad de sufrir aranceles si no traían sus fábricas a nivel nacional. La mayoría ha claudicado a estas advertencias, que el presidente suele realizar a través de la red socia de Twitter.

Sin embargo, General Motors resiste. Mantiene su producción en China y, de hecho, reduce considerablemente su presencia nacional. Esto ha motivado también las críticas del presidente.

Donald Trump argumenta, por ejemplo, que General Motors era una gran compañía de Detroit, pero actualmente le identifica como una de las empresas más pequeñas de la ciudad.