Cuidado con los hackers en Navidad

Seguro que en esta Navidad se regalarán muchos dispositivos IoT (Internet de las Cosas). Cada vez más dispositivos como neveras, televisores, coches, cámaras de vigilancia y un largo etcétera disponen de conexión a Internet y se están integrando poco a poco a nuestra vida cotidiana.
Además, son muchas las empresas que incorporan dichos dispositivos para realizar las operaciones más variadas en su vida laboral.

Se supone que esta tecnología nos facilita la vida, pero es también un arma de doble filo. El problema que se plantea es que cualquiera de estos dispositivos tecnológicos conectados a Internet presenta vulnerabilidades y facilita el trabajo de los ciberdelincuentes, que pueden aprovechar cualquier resquicio de seguridad para atacar a empresas e instituciones.

Según un reciente estudio de F5 Networks y Loryka (“Dispositivos IoT, las nuevas herramientas de los ataques DDoS”), lo más normal es que los fabricantes de estos dispositivos no hayan tenido en cuenta la seguridad como uno de los aspectos principales. Muchos de ellos se comercializan con contraseñas predeterminadas que o bien nunca se cambian o que, en otros casos, ni siquiera se pueden cambiar.

Ante esta situación, los hackers encuentran el camino allanado, ya que no les resulta demasiado complicado introducirse en los sistemas de gestión remota de esos dispositivos, identificar las claves asignadas por el fabricante de forma predeterminada y llegar a controlarlos. De acuerdo con los datos aportados por el citado estudio, este tipo de actividad ciberdelincuente ha crecido un 140% en el último año, coincidiendo con el auge de la tecnología IoT.  Por ello, hay sospechas bien fundadas de que esta Navidad va a ser una Navidad caliente para los hackers y, desde luego, para las empresas afectadas.

En realidad, como advierte el estudio, un único dispositivo conectado a Internet es inofensivo. Sin embargo, cuando un hacker toma el control de cientos o miles de dispositivos y los coordina para atacar a una determinada empresa u organización, esto puede suponer un auténtico desastre para la compañía.

Como vemos, el IoT requiere atender a las demandas de ciberseguridad que los fabricantes han dejado un poco al descubierto para controlar los ciberataques y evitar daños irreparables.

La tendencia para 2017 en el caso de las empresas que trabajan con dispositivos IoT será invertir en seguridad para cubrir las exigencias de sus consumidores, ya que hasta el momento se ha priorizado la conectividad por encima de la seguridad.