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En 2022 entra en vigor la garantía de 3 años para los productos

garantia de 3 años

Este próximo 1 de enero de 2022 va a ser importante tanto para consumidores como para fabricantes y distribuidores, en lo referente a productos y su garantía.

Entra en vigor la modificación realizada a lo largo de 2021 sobre la Ley General de Defensa de los Consumidores y Usuarios.

El principal cambio que supone esta modificación es ampliar la garantía de los productos hasta los 3 años, pero no es el único que habrá que tener en cuenta.

Principales características de la nueva Ley General de Defensa de los Consumidores y Usuarios

La ampliación de la garantía es lo más importante de la modificación de esta ley. Hasta ahora todos los productos contaban con 2 años de garantía y, tras superar este plazo, los consumidores ya no podían reclamar defectos de fábrica o malfuncionamiento de serie y problemas similares.

El aumento hasta 3 años protege más a los consumidores en términos de temporalidad, pero exige que los fabricante puedan garantizar un funcionamiento óptimo de sus desarrollos durante más tiempo.

Esta ley, no obstante, no afectará a los productos de segunda mano, que mantendrán su garantía en un plazo estipulado de 1 año.

Otra característica importante es que los fabricantes tendrán que garantizar que un producto contará con repuestos, al menos hasta 10 años después de que no se fabrique. Esto amplía la ley existente que se limitaba a 5 años.

A tener en cuenta también la nueva modificación respecto a que el consumidor ya no necesita demostrar la falta de conformidad de un producto, que se amplía de 6 meses a 2 años.

Ventajas y desventajas de la modificación de la ley

Esta modificación de la Ley General de Defensa de los Consumidores y Usuarios va a tener ventajas directas sobre los consumidores, que podrán tener la garantía de estar protegidos en las compras de productos durante todo 1 año más.

También se plantea como una estrategia que ayuda a la economía circular, a la sostenibilidad y a la fabricación de productos más duraderos.

Pero no todo es positivo. Además del esfuerzo que tendrán que realizar fabricantes, se prevé un aumento de los costes vinculado a estos requisitos de garantía.

Los analistas temen que este aumento de los costes se conviertan de forma inevitable en un aumento de los precios, lo que supondría que al final sería el consumidor quien asumiría el coste de esta nueva ley.